Mi interés nunca ha sido hacer retratos de personas y  siempre he dicho que no me va bien hacer fotos con gente, sin embargo cuando un chef entra en contacto con insumos gastronómicos, mi empiezo a salir de mi zona de Comfort. 
En esta ocasión, las fotográfias incluyen a un mero de casi 40 kilogramos que ocupaba una nevera entera. 
Cargar a este espécimen no fue tarea fácil, toco contar con la ayuda de un C-stand y un hombre de contra peso para lograr que se pudiera mantener.
La frescura del pescado era perfecta, el color de sus agallas, rojas, color intenso.

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